miércoles, 27 de febrero de 2013

Y esta mañana...

Y esta mañana...

..., va y ¡¡¡nieva!!!

¿Será que España se ha despertado... por fin?

lunes, 25 de febrero de 2013

No promises

No promises

Donde se alzan los tronos, Ángeles Caso

Donde se alzan los tronos, Ángeles Caso

Cuando Carlos II, El hechizado, muere sin descendencia, afloran infinidad de pretendientes al trono de España. Tras una serie de conspiraciones e intrigas palaciegas, se impone como nuevo rey al duque de Anjou, nieto del rey Sol, que llevará el nombre de Felipe V. Comienza así una época convulsa y apasionante en la que una mujer, la princesa de los Ursinos, será la poseedora de todas las claves para alzarse con el  poder. Ángeles Caso nos envuelve con una magnífica historia de vanidad, de ambición, de codazos en la  corte, alianzas, conspiraciones y sexo, cargada de fina ironía y gran semejanza con la actualidad.

A lo peor es que me dejo mediatizar demasiado por mis propias ideas preconcebidas, pero no he leído con gusto esta novela. Y el caso es que lo único que había leído hasta el momento de Ángeles Caso, Las olvidadas, no me había disgustado. Sin embargo, Donde se alzan los tronos es un libro cuya lectura comencé con el ojo torcido. No sé por qué, no tengo idea de la razón.Quizá porque, tras un principio un poco desolador para España, cuya corte la autora retrata con un menosprecio patente en favor de la corte francesa, me sentí impulsada a mirar su novela con los mismos ojos con los que ella describía la corte de Carlos II. 

Luego, la cosa avanza y la autora no deja títere con cabeza. En toda la novela, de hecho, la única que parece que tiene una es la Princesa de los Ursinos. Todos los demás, sin que parezca que Ángeles Caso quiera hacer excepción alguna, son retratados como retrasados mentales, incluido el propio Luis XIV. La fina ironía de la que habla la reseña del libro es, en realidad, una mordacidaz que el lector debe engullir, sí o sí, sin ningún tipo de protector estomacal. 

Si en algunos momentos, esa mordacidaz tiene su humor y arranca una sonrisa al lector, escribir hasta la última coma de la novela con los trazos del sarcasmo cansa y termina haciéndote creer que estás leyendo una sátira. Está bien redactada, eso sí.

En mi valoración personal, la novela se queda en un psssss.



viernes, 22 de febrero de 2013

Viernes de Cuaresma

Viernes de Cuaresma

Tengo tanta hambre que me comería un caballo...

...

...

...

..., pero hoy, claro, tendría que ser un caballito de mar.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Las huellas de la vida, Tracy Chevalier

Las huellas de la vida, Tracy Chevalier

Antes de que Darwin escandalizara al mundo entero con sus teorías sobre el origen de las especies, hubo alguien que ya dudaba, buscaba, hacía preguntas...

La hermosa historia de la amistad de dos mujeres muy distintas, pero unidas por una misma pasión: su deseo de buscar las huellas de la vida en los fósiles y descubrir así la historia secreta de nuestro pasado.

Son las primeras horas de la madrugada de un día cualquier de comienzos del siglo XIX y dos mujeres andan por las rocas escarpadas de la costa inglesa en busca de unas piedras extrañas que llevan la marca de vidas antiguas. Elizabeth, una dama culta y soltera, y Mary, una chiquilla de humilde condición, comparten y coleccionan fósiles. Su labor es discreta, pero llega el día en que Mary por fin encuentra una pieza de grandes dimensiones, que acabará en las vitrinas de un museo de Londres. A este hallazgo le siguen otros igual de sorprendentes que no consiguen sacar a Mary del anonimato y la pobreza, pero sí abrir el debate de la comunidad científica acerca del origen de las especies. Solo muchos años más tarde el talento de la joven tendrá su recompensa y el nombre de las dos mujeres entrará por fin en las páginas de la Historia con mayúscula.

Como es habitual en ella, Tracy Chevalier, la famosa autora de La joven de la perla y El maestro de la inocencia, vuelve a entrelazar aquí ficción y realidad para contarnos la historia de Mary Anning y Elizabeth Philpot, dos mujeres que compartieron pasiones, frustraciones y la firme voluntad de abrirse camino en un mundo dominado por la soberbia del hombre.

En efecto, Las huellas de la vida es una hermosa historia de amistad, y de paciencia, y de soledad, y de frustración.

Había oído hablar mucho y bien de La joven de la perla y compré la novela casi al mismo tiempo que me hice con esta otra, Las huellas de la vida, regalo de una revista veraniega. Después de leer la primera de ellas y sentirme un poquito defraudada, miré esta otra con ojos desconfiados y cierta prevención, y, por ello, ha estado en mi estantería relegada a un semiolvido durante bastante tiempo. Por fin, hace un par de semanas, decidí que era momento de ponerse con ella y... ¡qué sorpresa! ¡Qué grata sorpresa!, en realidad.

Preciosa novela, preciosa historia, ideales los personajes que recorren sus páginas, muchos de ellos reales, y en especial Mary Anning y Elizabeth Philpot. Ahora siento la tentación de ese otro título, El maestro de la inocencia, llamando a mi puerta.

Lectura muy recomendable.

lunes, 18 de febrero de 2013

Corregir es (a veces) divertido

Corregir es (a veces) divertido.

-Curso: 1º ESO.
-Ejercicio: Complete the sentences with the correct  comparative form of the given adjetives: bad, far, cold...
-Apartado f: I'm not very happy. My exam results are ____________ than my sister's!
-Respuesta del alumno:  I'm not very happy. My exam results are ____hotter__ than my sister's!

viernes, 8 de febrero de 2013

Embragando, que es gerundio

Embragando, que es gerundio

Vuelvo a levantar el pie del embrague, despacito, despacito, despacito..., pero el coche se agita y por un momento parece que se va a calar. Desembrago una pizca y el motor se calma. Lo intento de nuevo y otra vez el coche se inquieta. Parece que le he perdido el tono al asunto. Pero insisto. Un poco de práctica y seguro que vuelvo a escuchar el ronroneo suave del motor acelerando sin problemas. O eso espero.

Después de un mes sin escribir una sola palabra, retomo la historia que comencé poco después de Navidad, y de la que tan sólo tenía esbozadas dos escenas. Hoy, en un arrebato de inspiración (a machacarse las neuronas pensando lo llamo inspiración, ¡ja!), ya he pergeñado los pasos de mi historia. Ya sé por dónde quiero ir, ya sé lo que va a pasar, ya intuyo lo que quiero dibujar y ya he llenado un par de huecos más en mi cuaderno de detalles de continuidad. De hecho, ya tengo bien anotado el plan de la historia. Ahora hay que ponerse a colocar una palabra detrás de otra. Y es aquí donde mi habilidad para el embrague y desembrague se nota un poco oxidada.

Escribo como un niño de cuatro años, aunque me consuelo pensando que al menos las ideas quedan expresadas y ya volveré sobre ellas con nuevos aires a darles una buena lavada. Pero me impacienta este motor quejumbroso, tan delicado que tirita en cuanto levantas el pie un poco más rápido de lo que su sutileza demanda. Avanzo a tirones, como un conductor novel, y se me cala el tecleo tantas veces, que me dan ganas de bajarme y tomar el autobús. 

Veremos si mañana ando más espabilada. De momento, lo dicho: voy a bajarme de la historia y coger ese autobús que me está esperando en la forma de un buen libro (la mar de interesante, además) de Patricia Cornwell.

Pero antes de irme: ¿alguien puede sugerirme un título más llamativo que el que lleva la historia: Las monedas del Iscariote? No me convence nada, nada, nada...(a aquellos que que les suene el título porque leyeran esta historia en el Atrápame, les diré que ha cambiado bastante... Esta mañana la he enrevesado de tal forma, que parece otra (o casi otra).

Sugerencias, please.

jueves, 7 de febrero de 2013

¡Nieva!

¡Nieva!

España: ¡Nieva!, vamos, ¡nieva de una vez, maldito 2013! ¡Nieva!

Año de nieves, año de bienes.

domingo, 3 de febrero de 2013

Apaños culinarios

Apaños culinarios

Nota: se recomienda fervientemente que los amigos valencianos se abstengan de leer esta entrada. 

Suelo aprovechar los fines de semana para cocinar a lo bestia y llenar el congelador de raciones que me eviten tener que preocuparme por el qué como hoy a lo largo de la semana, así que ayer, sin ir más lejos, preparé cocido como para un regimiento. Esta mañana, he apartado una ración, con su sopita, que aún quedaba, y un par de raciones más que he transformado en  ropavieja -srulup, ¡cómo me gusta!-. Además, aprovechando que me ponía a freír tomate para la ropavieja, he cocinado un par de raciones de carne picada para mezclarla con espagueti. Todo lo cual me provee de 5 raciones de comida que iré consumiendo en las próximas semanas.

Y ya que estaba dándole a las cazuelas, he preparado un extraño arroz (nótese que evito el uso de la palabra paella) para comer hoy. Con su cebolla, tomate, judías verdes (no pimiento), chirlas, tentaculillos de sepia yyyyyyyyyyyyy un poquito del pollo, morcilla y chorizo del cocido que había picado para hacer la ropavieja. 

Ante tamaña blasfemia culinaria, en mi descargo diré que, antes de probarlo, lo he mirado con un poquito de repelús, pero el apaño me permitía preparar una comida más, la de hoy, sin mucho trabajo extra. Y como supongo que, obedientes a mi advertencia inicial, ningún valenciano habrá llegado hasta aquí, admitiré en voz bajita que me ha gustado: sabía un poco raro..., pero estaba rico (o yo muy harta de cocinar)

Número maldito

Número maldito

Tres años y casi nueve meses después de que Finis Terrae viera la luz, llega la entrada con el número maldito a sus páginas, ese triple 6, que me complace dedicar a todos aquellos que nos arruinan la vida y la vuelven difícil e insegura mientras le sacan jugoso partido a nuestro esfuerzo diario.












etc.

viernes, 1 de febrero de 2013

Cómo pudiste hacerme esto a mí, Alaska y Dinarama

Cómo pudiste hacerme esto a mí, Alaska y Dinarama

Podría resultar extraño que a una niña mecanera, como era yo, le gustara Alaska, pero, incomprensible o no, así era. siempre me gustó. Con los Pegamoides, con Dinarama, ella sola y hasta con Federico en esRadio. Es tan... inusual :-)

Podría elegir un puñadito de canciones de las que ella ha cantado y yo he bailado, pero hoy he optado por ésta. Una canción con mucho violín, con historia, buen duo y tiempos añorados.



Belén 2013

Belén 2011