sábado, 12 de noviembre de 2011

El caballero del templo, José Luis Corral

El caballero del templo, José Luis Corral

Con la derrota de San Juan de Acre (1291), moría el sueño de consolidar un reino cristiano en Tierra Santa. Hacía ya casi dos siglos desde que en la explanada del Templo de Salomón se fundara la Orden del Temple, una de las más controvertidas de cuantas instituciones han sido creadas a lo largo de la historia.

El protagonista de esta novela, el caballero templario Jaime de Castelnou, es testigo del final de un época en la que los ideales caballerescos y cruzados fueron borrados por la ciega ambición de papas y reyes. En los años más convulsos de la Edad Media, Castelnou recibe el encargo del Temple de evitar que la más preciada reliquia de la cristiandad, el Santo Grial, caiga en manos de sus enemigos

Una obra imprescindible para entender uno de los mayores enigmas del Medievo.

Hace unos días que he terminado esta novela y la traigo hasta el blog sencillamente porque me ha encantado. José Luis Corral es un autor al que ya conocía, gracias a la lectura del libro El Cid, que un compañero de trabajo me regaló allá por 2006, y que, aunque leída hace ya tiempo y, por tanto, no tan fresca en mi memoria, igualmente recomiendo, pues su lectura me dejó un regusto muy agradable. 

Esta otra novela que hoy ocupa la entrada de Finis Terrae está tan bien escrita como aquélla, en lo que a redacción se refiere, y, asimismo, ofrece una trama limpia, ordenada y atractiva. Respecto a ella, que nadie piense que podrá encontrar en el libro absurdos tales como los de El código da Vinci (en lo que al Grial toca, me refiero): los templarios caen en Acre, Jacques de Molay es quemado en la hoguera y el Temple desaparece. Nada hay en ella, pues, que pueda sorprender al lector; pero la historia está muy bien contada, las aventuras son interesantes y el trasfondo emocional que, como se dice ahí arriba, en la reseña copiada de la contraportada, provoca la percepción de que el final de una época se acerca, es extraordinariamentre reflejado por el autor no sólo en la historia en sí, sino, y esto es quizá de las cosas que más me han gustado de la novela, en los sentimientos del personaje, Jaime de Castelnou, un auténtico caballero templario.

Aún en la contraportada del libro, podemos leer: José Luis Corral Lafuente (Daroca, 1957) es profesor de Historia Medieval en la Universidad de Zaragoza y uno de los más relevantes autores europeos de novela histórica. Destacan en su obra El Salón Dorado (1996), El amuleto de bronce (1998), El Cid (2000), Trafalgar (2001), Numancia (2003), El número de Dios (2004), ¡Independencia! (2005) y El Rey Felón (2009), todas ellas publicadas en Edhasa, con numerosas ediciones y traducidas a varias lenguas. Resultado de la misma investigación que ha dado lugar a esta novela, publicó Breve historia del la Orden Temple (2006).

En 2006, ya dije, un compañero me regaló El Cid. El caballero del templo la compré yo misma en 2010 y aún espera, también desde 2010, en mis anaqueles [¡qué finura de expresión! ;-)] El amuleto de bronce, la epopeya de Gengis Kan. Vistas las dos buenas experiencias que ya he tenido con José Luis Corral, comprobaré si la racha continúa con la novela que aún aguarda su turno y, de ser así, sin duda más libros de este buen señor acabarán por recalar en mi biblioteca.

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Otros enlaces de interés:

-El caballero del templo (no sólo la reseña es buena, sino que los comentarios de los lectores son bastante interesantes).

16 comentarios:

José Manuel Guerrero C. dijo...

Hola de nuevo, querida S.Cid.

"Tras las huellas insomnes del ganado, la infantería de los cruzados se dirigen a Jerusalén, la tierra por conquistar para la cristiandad. La plebe que arremolina el camino a tierra santa no sale de su extraño asombro al contemplar los batallones y las divisiones de monjes cargados con las armas que deben arrojar de la ciudad santa a los mahometanos.
Todo transcurría con una marcialidad digna de reyes. Divisaron la explanada al atardecer, cuando el sol se disponía a sucumbir y la luz dejaba un reguero de plata antigua.
Tras semanas y meses cabalgando a lomo de una Europa pertrechada de lanzas contra el Islam, se hacían comunión con los pastos de oriente.


Sé que esta parrafada es una chorrada, pero lo escribí un aciago día que me dió por pensar que si algúna vez escribía algo serio, trataría sobre los cruzados.

Recordemos también, que las cruzadas fueron sostenidas y encauzadas principalmente contra los musulmanes, aunque varias campañas se hicieron contra los eslavos paganos, judíos, los cristianos ortodoxos griegos y rusos, los mongoles, los cátaros, husitas, valdenses, prusianos, y principalmente a los enemigos políticos de los papas.


Le he echado de menos, señorita.

caraguevo dijo...

La verdad es que la gente se deja líar con lo del Grial porque quiere porque todos sabemos, o deberíamos saber que está en la catedral de Valencia, a la sombra del Miguelete.

De José Luis Corral leí El salón dorado hace mucho tiempo, dices que salió hace 15 años, no recuerdo la trama pero sí que me gustó. Yo también tengo alguna novela más del autor, haré como tú.

Un saludo

José Manuel Guerrero C. dijo...

Ah!!, y si los heroicos cruzados habitaran nuestro tiempo, que nadie dude, que a gentuza como Rubalcaba y compañía los empalarían por donde la espalda pierde su digno nombre.

José Manuel Guerrero C. dijo...

..Y en la cabalgata del Orgullo arrasarían... jijijijj...

Vale, lo dejo ;-)

José Manuel Guerrero C. dijo...

Caraguevo, yo como he vivido en Valencia sabía lo del santo grial y la sombra del Miguelete.
Muy grande el comentario.

Alawen dijo...

Oh, los Templarios... Pobrecillos, qué mal final tuvieron...
Todo lo de las Cruzadas me parece muy interesante, me los apunto ahora que ya he terminado con todos los que me trajísteis en la quedada de Toledo... ;)
La última entrada de mi blog no ha salido ahí en tu blogroll, pero casi casi te va dedicada, porque trata de libros y de Anne Perry.
Besos.

S. Cid dijo...

Bate: ¿Y por qué no sigues con el texto? Vago, más que vago ;-)Si los cruzados existieran en nuestro tiempo... Hummm, vaya, ¿qué pasaría? ¿Aparte de empalar a Rubalcaba por donde amargan los pepinos? Curioso ejercicio de imaginación, el que has propuesto. Si estuviera un poco menos liada, le dedicaría unos cuantos pensamientos y algo saldría. Hummmm, ya lo estoy viendo, ya... ¡No, S. Cid, concéntrate en lo que ya tienes entre manos, que no te da la vida pa tanto! ;-)

También se le echó a usted de menos por aquí, caballero, y también por su propia casa, que ha tenido muy abandonada los últimos tiempos.

Caraguevo: Por supuesto, por supuesto, todos lo sabemos. ¿Cómo olvidarlo? ;-) Pues algo de eso se dice en el libro (no propiamente en la novela, sino en una nota del autor, creo).

Alawen: Me gusta mucho esta época y esta Orden (¿entiendes ahora mi interés por comprarme un templario cada vez que voy a Toledo?, jajaja).

¿Que no ha salido tu entrada en mi blogroll? ¿Y por qué? Esto de los blogs está funcionando así, así últimamente. Ayer, en casa de Caraguevo, sólo me salía una entrada. Voy a la tuya de inmediato a leer sobre Anne Perry.

Un abrazo a todos, amigos (o, como aclararía el señor Caraguevo, uno para cada uno, claro).

Guido Finzi dijo...

Yo estuve en Akko (S. Juan de Acre). Todavía recuerdo los enormes murciélagos que colgaban del techo de las ruinas de la fortaleza.
En cuanto a los templarios, es un tema apasionante. Si un día tienes tiempo y ganas, te recomendaría una visita a Tomar (Portugal). Por lo demás, varios Grandes Maestres cayeron en combate contra los sarracenos.

Un saludo

carlos dijo...

Buena devoradora de libros estás hecha...estas Navidades seguro que no se complican mucho contigo a la hora de los regalos.
Abrazos

Carlos dijo...

¿Ya no quedan templarios? ¿Seguro?
Yo creo que aún están en muchos países y que muchos de ellos están en la cúpula del poder.

S. Cid dijo...

Guido: ¿Estuviste allí? ¡Qué suerte! (aunque lo de los murciélagos echar para atrás, aaaahhhhh). Anoto tu sugerencia y, si algún día vuelvo a Portugal, veré si puedo hacer la visita.

carlos: Sí, en eso lo pongo fácil, la verdad, por eso siempre me caen libros, lo cual no me importa en absoluto porque es el regalo que más me gusta recibir.

Carlos: ¿Templarios? ¿Estás seguro? ¿Pero esos no son los masones? ;-)

Saludos, amigos.

Tannhäuser dijo...

SCid:

Me has abierto el apetito con lo que dices de este libro y si refiere fielmente el periplo de la reliquia hasta su emplazamiento actual, Valencia, mejor.

S. Cid dijo...

Tannhäuser: Pues, nada, nada..., a hincarle el diente. Estoy casi segura de que te gustará.

posodo dijo...

Soy un poco refractario a esta reciente oleada de novela histórica, pero leído lo leído, me replantearé este caso concreto.
Y a ver qué dice del Santo Cáliz o Grial.
Un saludo.

Ana Laura dijo...

A mí madre le fascina ese tipo de historias, así que creo que ya tengo regalo de navidad para ella (y de paso la leo yo, obviamente).

Después te comento qué me pareció :)

S. Cid dijo...

Ana: Pues mira, si al final le gusta, me alegraré de haber hecho la sugerencia. Y, sí, luego cuenta qué tal le pareció. :-)

Belén 2013

Belén 2011