martes, 4 de agosto de 2009

Los que juegan con nuestra vida

Los que juegan con nuestra vida


Lo hacen en silencio y a veces… atinan. Probablemente nunca se enterarán del final trágico a que muchas veces da lugar su negligencia porque no seremos un caso famoso de error médico, como el acaecido este verano con el bebé llamado Rayan, ni víctimas de una bomba terrorista de los asesinos de ETA, sino un simple número más en las estadísticas de accidentes de tráfico, pero el desenlace es el mismo.


El domingo estuve a punto de tener un reventón en plena M-30 a una velocidad que, sin ser excesiva –respeto las limitaciones de velocidad–, probablemente me hubiera dado algún problema serio… si no definitivo. ¿Qué hubiera pasado de ir por la autopista a 120? Afortunadamente, nunca lo sabré. La razón que explica el potencial reventón, que pude evitar porque soy muy, muy prudente, es la negligencia más absoluta que cometió conmigo un taller oficial de Kia hace poco más de un mes, al que llevé mi coche para la revisión de los 45000 Km. Cambio de aceite, de filtros de no sé qué y no sé cuánto. Di por supuesto que habían revisado las ruedas… Es tan obvio, tan visual, ¡tan externo!… No hay que abrirle las tripas al coche para acceder a ellas. Un mes después, y con sólo 1000 Km. más que no explican un desgaste que no existiera ya hace poco más de 30 días, descubro que la parte interior de mis neumáticos delanteros está totalmente deshecha y el paralelo con más de medio grado de desvío, lo que, a decir del mecánico que ayer me cambió las gomas, es una barbaridad.


¿Pero de qué va el personal? ¿Es que no se da cuenta de que está jugando con la vida de otro? ¿Se trata de un timo? Joder, pues tímeme con el filtro del aire acondicionado y hágame pasar calor, pero no juegue con mi vida. No la arriesgue a la ruleta del asfalto. ¿Usted qué gana? ¿Unos cuantos miserables euros? Yo lo pierdo todo.


Estos son los negligentes:



· Dirección: Avda. Santa Eugenia, 4

· Cp: 28031 Madrid

· Tlf.: 91 332 59 41

· Fax: 91 332 72 77


Aparte su coche de ellos como de la peste.

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